jueves, 10 de enero de 2013

POR DONDE IR


Cuando veo las montañas los veo, por las autopistas al costado sobre le pasto los veo. Me pregunto que quienes son los que los hacen. Cada zapallita, cada zapato que paso por ahí lo fue moldeando. Cada hombre y cada mujer, cada niño. Siempre me pregunte si los hacían y como se hacían, ¿quien daba los primeros pasos para marcarlo? ¿Porque es resto que viene por detrás lo vuelve a elegir una y mil veces hasta dejarlos sin pasto? Bien pelados, bien marcados. Cada huella los marca aun mas, lo hace reconocibles. Quizas alguna pendiente o quizás la fuerza de las especie lleva a que se erijan como tales.
Así son los senderos, eso que usamos siempre. Que bien dije aun al costado de las autopistas mas gigantes que conozco siguen apareciendo ellos. Sin miedo y sin perder la utilidad frente al gigante asfalto, en definitiva su hermano menor. Son como el agua, siempre encuentran lugar para aparecer, aunque alguien quiera prescindir de ellos facilitándonos los accesos por medio de avenidas, veredas. No son atajos, son caminos que ningún ingeniero pensó.
También están los que siempre veía en las montañas. Los observa y me preguntaba quien los hacía. Por ese entonces no pensaba que los otros animales, no nosotros, también dejan sus huellas.
Por mucho que te desesperes tenes que pisar una y mil veces hasta que se marquen, no hay  ninguna  novedad y tampoco la busco. No busco la revelación,  no busco la llave mágica, la solución brillante. Eso no se busca, eso se encuentra. Si hablamos de búsqueda hablamos de mirar el cielo y tratar de orientarnos con el sol y tratando de ver de noche con la luna. Dicen que hay mas formas de orientarse, pero no las conozco. Me agarro de las que tengo.
No hay mucho mas por decir al momento, no hay atajos hay senderos.

lunes, 21 de junio de 2010

SENTIDO

Al que escucha y al que no. A la almeja que en uno de los siete mares se perdió. Al sonido que nunca se oyó. A la vuelta que nunca se dió. Al ciego que un día vió. Al condenado que se perdonó. Al absurdo que se entendió. Al destino que se truncó. Al giro que que no se dió. Al oido que sangró. Al diablo que no peleó. Al bastardo que se crió. Al sentido que claudicó. Al silencio que me atrapó. Al año que ya pasó. A la mochila que no aguantó. Al perro que ladró. A la limosna que no se pidió. A la belleza que no gustó. Al cielo que se cayó. Al otoño que llegó. A la lata que se vació. Al pez que me mordió. Al coyote que no corrió. Al letra que me cortó. Al delirio que me atrapó. A la bota que no calzó. Al pensamiento que se descolgó. Al pelo que creció. Al control que se perdió. A la pinza que apretó. Al auto que chocó. Al futuro que se asustó. Al presente que se desnudó. A la moral que se atrofió. Al amor que ganó. Al odio que me encontró. Al pan que se quemó. Al viento que siempre sopló. A la canción que desgarró. Al niño que regresó. A la cicatriz que se cerró. Al pie que se elevó. Al mar que me amó. Al fuego que ardió. Al faro que iluminó. Al amigo que apoyó. A la lluvia que me refugió. Al vino que me alegró. A la silla que me aguantó. Al mentiroso que cantó. A la idea que se rebeló. Al puño que me pegó. Al principio que se truncó. Al final que no llegó. Al la luz que se enciendó. Al príncipe que no besó. A anillo que rodó. Al peine que me despeinó. A la ola que me revolcó. Al muro que se cayó. Al alfil que me aburrió. Al pequeño que creció. A la recta que siguió. A bar que siempre abrió. Al polizón que se escapó. Al premio que no se dió. A la sombra que alumbró. A la razón que gritó. Al rueda que se rompió. Al escalón que se salteó. Al pasillo que me encerró. Al cerrajero que me buscó. Al puente que se construyó. A la piedra que revivió. Al acto que se interpretó. Al sobrino que nació. Al padre que volvió. Al rato que pasó.
Al sentido de un amor.

martes, 25 de mayo de 2010

DECIRSE LAS COSAS EN LA CARA

A que si te sale algo mejor lo haces. Acaso no sabias que el dolor puede pintar?. Acaso los caminos son para ser recorridos? Las cosas mas simples son las ilusiones, de un alma que no deja de sentir jamás, ni cuando duerme. El alma no duerme. No entiendo nada de este mundo, no se nada de lo que aquí ocurre. De pronto estoy y de pronto me voy. Caigo en su red y la saboreo, pero después me doy cuenta de que es solo una red. Y que hago? De que estoy hecho? Cual es mi material? Cuales son mis reglas? Que debo hacer? Debo hacer? No hago entonces. No pienso entonces y todo parece ficción y amo la ficción, pero solo eso es. Que me rodea? Que de interrogantes en toda una noche. Una noche de dudas y certezas, de esas que asustan.
Pinta el dolor, y si el amor no existe me lo invento y si la vida fracaso, la vivo. Y si a la vuelta de la esquina esta lo que me estoy perdiendo, doblo. Tomo la calle que no había tomado y me pierdo, una vez mas me pierdo. Abro las mentes, cierro lo corazones y escribo sin freno. Como cuando el dolor pinta. Como cuando la nube se asoma para advertirnos que va a llover. Allí si encuentro una lógica. Que siempre busco, un sentido que nunca encuentro. Un mar de dudas que rompe ola tras ola en las arenas de mi playa. Mi playa inmensamente solitaria, conocida, caminada, pisada, recorrida toda la arena. Te conozco, conozco este territorio. Claro que si, es el mió. Se que hay detrás de cada médano. Pero no se donde terminan y donde empiezan mis horizontes.
Hablo de vos, pienso en vos. Y algún día te encontrare. He de suponer que si. He de suponer que también te fuiste. Y te iré a buscar, junto con otros con todavía no se han ido.
Las mañanas doblan, las letras se caen una por uno diciendo cosas que mi mente no procesa. Salen de más abajo las ideas y caen en el papel antes de llegar al cerebro. Algo se desconecto. Algo esta suelto. Caer y caer, caer hacia arriba.
Dejar la música penetrar en tu cuerpo. Dejar la emoción entrar al envase y joder, que le de vida a un sinsentido que no procurare mas entender.
Estamos de acuerdo hoy, y mañana volveremos a pelear. Y otro día acertamos y el día anterior fallamos.
Y los ojos escuchan y los oídos ven. Y mi lengua calla, pero aquí no hay silencio. Abruptamente se descuelgan una tras otra pidiendo un final que no parece llegar. De todos modos llegara, y allí estaré ya preparado para no tenerte miedo.
Alegría, felicidad y buenos momentos completaran las hojas de libros que jamás se editaran. Penetrare en cada ola que me desafié y tal vez me revuelquen porque al fin de cuentas no estaba preparado. Quien lo esta? No hacia faltar levantar la mano, mentiroso. Miéntete a ti mismo pero no a los demás. No quiero pelear, no es la esencia de esta lluvia de palabras.
Que es el sentido? El más absurdo de los sinsentidos. Los relojes marcan la ficción, el amor marca realidades. Ficciones y realidades se confunden y nos dejan perplejos entre el que somos y el que soy. Soy yo, el que habita adentro de ti, el que no ves. El que se tapa toda las noches y sueña en otras dimensiones. En verano sin sabanas de por medio. En invierno dentro de ellas. El que cree, el que inventa y el que no puede llorar. Desearía llorar mas, allí también hay realidad. Pura ficción de un reloj que marca un tiempo que nadie le pide. Pues que es un minuto? Sesenta segundos diré, pues que equivocado que he estado. Cuanta realidad he perdido pensando en aquella ficción.
De lejos se ven venir. Los verdes campos, las mas lindas soledades, las mas maravillosas olas que no terminaran de romper jamás y me transportaran dentro de ellas sin necesitar salir de las mismas para buscar el oxigeno que mis pulmones piden a gritos. Esos pulmones que dañaste hombre!
A que hemos venido? A inventar el amor, a llenar el mundo de realidades. A destruir ficciones absurdas. A palpitar, tú lo sabes, cada palpitar. Basta ya, los ríos son tuyos, las montañas son para ser subidas, el agua para ser bebida y dejarla seguir su curso. Al fin y al cabo, las palabras son buenas. Crean realidades. Al fin y el cabo es necesario hablar, aunque sea con uno mismo. Al fin y al cabo es bueno decirse las cosas a la cara y dormir tapado una vez más. Porque mañana vuelve a salir el sol y no se si será ficción o realidad. Voto por la segunda.

miércoles, 21 de abril de 2010

Y DIGO.....

Que el fin de mis días me encuentre exhausto de tantos fracasos. Solo así podre tener ansias de descansar.

domingo, 18 de abril de 2010

CARTA ABIERTA A LA RAZON

Porque probé el sabor de lo amargo es que hoy disfruto lo dulce, porque te desnude hoy disfruto del vestido.
Son horas de dormir y hoy escribo. Son horas de salir y hoy me quedo. Hoy no sale mi cuerpo, hoy no necesito estar sin ropa para desnudarme. A horas de ser quien fui, abarco un mar de dudas. Dibujo mis destinos en paredes que no se manchan. Y marcho, me desplazo a lugares que no he visitado, no he ido pues mi mente no me acompaño. Tal vez un cuerpo se desnudo, tal vez desnude tu cuerpo pero no fui capaz de desnudar tu alma.
De 20 cuadras que camine, solo en una me detuve. En la 16, pero entendí que para llegar a la 16 tuve que andar por las posteriores, ¿si no como he de llegar a ella?: Dímelo tú, tú dímelo y nada mas quedara por explicar, me someteré a tus leyes y nos las refutare. Me cansas!....Estúpida razón me cansas. No gritas, no peleas, no sufres, no tienes sed, no necesitas placeres, no eres lujuriosa. Estúpida razón me cansas, aburres como tu ser. Me rebelo ante ti, ante toda tu potencia. Sabes atar todos los cabos, pero no sabes hacer más que eso. Sabes todo, pero no sabes nada. Eres limitada, la más limitada y perfecta de las entidades. No seré yo quien convenza, no seré yo a quien sigan, no seré yo a quien quieran, no seré yo a quien busquen, no seré yo el preferido. Seré yo el que asuste, seré yo de quien escapen, seré yo quien los haga sufrir, ¿seré yo la razón de vivir?. No tienes que responder!...Tu maldita y odiosa costumbre de responder a todo, incluso aquello que no se te pregunta a ti.
Soy yo razón, tu enemigo. El que te ha de herir de muerte, el que crece en los rincones que tu no alcanzas, el que rompe con tus formulas perfectamente matemáticas, el que doblega tus estructuras perfectamente sólidas. Ese soy yo, tu peor enemigo y tu salvador. Soy quien te da el sentido, soy quien te contradice.
Me extraña que todavía no puedas/no quieras reconocerme. Quien sabe si no podríamos llevarnos mejor sin tan solo aceptaras mi existencia. Pero no, con una de tus mágicas formulas intentas eliminarme. ¿Cuando entenderás que no pudiste, no puedes y no podrás?
Convivimos en las antinomias, eres tu razón, la que no eres capaz de sentarme a platicar conmigo. Pues me menosprecias, me tienes sin cuidado, me niegas como un derrotado a su derrota. Me niegas como un exhausto a su cansancio. Porque no quieres pelear conmigo, porque sabes que la contienda la tienes perdida antes de comenzar. Pero tu fama, río de tu fama, pero si que te ayuda a sostener la farsa. Diablos que si!.
¿Serás capaz de razonar tu propia muerte? Tal vez el día que lo logres te sientas más viva que nunca, pero dudo de ti, no tienes madera para aceptar mi existencia. Ciega, te uso para explicarte, te uso para desentrañarte y tu no eres capaz de siquiera escucharme, sorda.
Y yo aquí, con todo el peso de ser quien mueve este mundo. Y yo aquí soportando la mala fama. Y yo aquí jugando el papel de villano de la película. Siendo el culpable de guerras y de amores. Y tú, mostrando la solución a la guerra y a los amores. Pues acabas con el amor, soluciones guerras pero acabas con el amor. ¿Acaso acabar con el amor no es comenzar una guerra?. ¿Dices que no lo pensaste de ese modo?. No me sorprende, si solo me escucharas mas seguido, si fuésemos socios....Pero tu me combates!....tu génesis ha sido esa, aniquílate. Cobarde.
No espero nada de ti, no eres capaz. Ya lo se, por ello te abrazo y te amo. Cualquiera de estos días que vengas a visitarme te abriré mis puertas, te escuchare, te aconsejare, te daré mi amor, pero tu volverás a irte altiva y pedante. Pero aun así, volveré a rescatarte una y otra vez. Pues esa es mi génesis, mi ser, mi esencia.
¿Qué quien soy yo? No eres capaz de reconocerme, pues te lo tendré que dar por escrito para que de este modo me puedas identificar. Para que tus estructuras perfectamente educadas y socializadas puedan recocerme, pero ya sabes quien soy pero una vez mas me estas negando. Soy yo, tu eterno amor, tu espina, tu razón de ser. Soy yo, tu eterno y negado enamorado, quien te pone en jaque, quien te desnuda sin precisar sacarte las prendas. ¿Me pides mi nombre? Pues te lo diré : Soy yo, EL SENTIMIENTO.

miércoles, 14 de abril de 2010

ESCUELA MERCANTE COSTAS NEGRAS

Soprendentes los destellos que llegan del interior de aquella montaña. En principio lo cegaron a uno, pero dándole un curso adecuado ATENCION. Mostraba toda la montaña su áspera formación rocosa. Empinada como quien ve las caras de sus padres cuando por primera vez lo logra. Intriga, lo que no se conoce intriga y asusta. Pero lo no conocido jamás es la nada misma, y aquello si que da pánico.
Son las horas de un día de lluvia, el sol anda hoy por otras latitudes y no son las de mi ventana. Pero el gris es bienvenido hoy. El negro es aquel color despreciado que hoy entiendo y estoy empezando a amar. ¿Y el gris? También te amo a ti.
Busco respuestas insensataz, hago preguntas asfixiantes. La presión va cediendo a medida que interpreto lúdicamente una hostil y cruel realidad. ¿Pero es que no me había dado cuenta de lo entretenido que es este mundo? ¿Cómo pude aburrirme alguna vez? ¿Cómo se llega a tal estado? ¿Cómo la estimulación de un mundo tremendamente infinito no recalaba en mí? Les comente mas arriba, he empezado a amar y comprender a los colores negros, presten atención.
Son raíces, me ha dicho una sabia. Son las raíces las que definen mi tronco y mi postura. Robusta hoy, frágil algunas noches.
Soltando cabos para después atarlos libere tensos momentos, me deje llevar por la marea y que el curso de sus aguas, sabias por cierto, marcara mi rumbo. Tire las brújulas, aparte los mapas de mi vista y las velas las libere a merced del viento, otro elemento que sabe tanto de sabiduría. El paso lo marco la naturaleza, deje entrar en mi lo elemental, lo simple y me dedique a entenderme.
Descubrí giros insólitos, elegí mis mapas, diseño aun mi brújula. Me erigí en capitán de mi barco, y ando hoy dejando las Costas Negras atrás, mis amadas Costas Negras. Allí donde mi barco volverá cada vez que debe ser reabastecido, allí donde inevitablemente volveré. Pero hoy estoy zarpando, el rumbo es incierto, pues el trazado de los mapas corrió por mi cuenta. Soy un capitán a la deriva, un intrépido capitán y espero encontrar en los mares el tesoro de la honestidad, mi propia honestidad. El tesoro más valioso que podéis encontrar, navegante.
Dedico estas líneas a mis fieles tripulantes de mar y costa, y con más cariño aun a los no fieles. Los que fueron, los que son y los que serán. Pero con el mismo fervor deseo que cada uno sea capitán en su navío. Mi barco navega hoy sin tripulantes, lo que no significa que no los precise. La física (también la química diría un cantautor) y la lógica, a veces embusteras, apártense por instante, no les concierne el tema en cuestión.
Son horas ya de timonear, son tiempos de conocer las corrientes marinas. Son horas de marearse en mi nave. Si pregunta por mi, digan que partí. He salido de Costas Negras, he de regresar pues aquellos capitanes diestros en el arte de navegar lo indican extremadamente indispensable. Solo un excelso capitán acepta los regresos, los crueles regresos. Sin ánimos de imponer mis tripulantes, si algún osado los interroga por mí paradero os dejo la respuesta
EL CAPITAN A ZARPADO YA, SU VOCACION, VIVIR, A MARCADO SUS MAPAS!

jueves, 11 de febrero de 2010

PORTONES

Mientras buscaba respuestas, encontré mas preguntas. Sin motivos validos para quedarme, fui cediendo ante los pedidos.
El mozo trajo la cuenta, decidí pagarla aunque no me parecía justa. Los vasos no eran de excelente calidad y el plato distaba de ser digno. Pero sirvieron agua y comida respectivamente, y eso me convenció de que debía pagar, aunque sea bajo protesta.
Salí a caminar, después de pagar, salí a la calle y la encontré extrañamente soleada. Un poco más vacía de lo común. Tengo que hacer memoria para acordarme, pero en esas 16 cuadras que camine, aseguraría que no me cruce con nadie. Y si lo hice, no lo registre. No estaba en mí, mi físico caminaba pero mi mente no lo acompañaba. Miraba, miraba sin observar.
No se si en algún momento cruce de vereda. Suelo tratar de caminar por la vereda donde el sol no da, donde hay sombra. Donde parece que el aire se siente más. Donde se respira mejor. Las bocacalles sin duda que las cruce, como mínimo 16 de ellas. Me asusta saber que las cruce sin observar, porque como ya les dije se que las cruce mirando, pero no observando. Pero aquí estoy de todos modos. Parece que llegue.
Es curioso que tampoco pueda recordar en que pensé durante el trayecto. Parece haber quedado un especio muerto, en un momento salí del bar, y como si todo hubiese sucedido en un segundo aparecí acá. Frente a esta portón. No se que hay detrás de el, no se porque me detuve frente a el, pero acá estoy.
No es la primera vez que me pasa, seguido suelo terminar una rutina de frente a los portones. Cuando quedo frente a ellos parece que recuperara la conciencia. Que volviera en mí. Pero lo que me conduce hasta los portones es lo que no logro recordar. Es a lo que no pongo atención, es donde dejo de observar. De la misma manera tampoco puedo entender, ni descifrar porque siempre parezco “despertar” frente a los portones. Son de distintos materiales, hierro o madera. Son de distintos colores, blancos, negros, rojos, azules, verdes, etc. Pero lo que si los unen, los unifica, además de por ser portones, es el tamaño. Ninguno mide menos de 2.15 metros de alto y 4 metros de ancho. Del otro lado de ellos deduzco que debe existir un jardín y una casa. Pero jamás puedo ver más allá de ellos. Porque los portones siempre se encuentran rodeados de muros, que tienen la misma altura del portón, y es imposible tener una perspectiva para ver que hay detrás de ellos. Son portones sin manija.
Hoy es el día, hoy se que es el día. Si llegue hasta aquí, se que hoy es el día. Sospecho que no recuerdo como llego ante ellos, porque llego por inercia. Porque es mi destino, mi naturaleza. Por decirlo de alguna manera “Los portones me llaman “. Con la misma naturalidad con la que respiro es con la que llego a toparme de frente a un portón.
De aquí en adelante intentare prestarle atención a mi respiración, intentare observar el camino que me conduce hasta allí. No son detalles menores, pero ya habrá tiempo, porque como voy a seguir respirando hasta el día de que muera, de la misma forma, hasta el día que me muera se que seguiré buscando portones.
Pero el día de hoy, es el día en que voy a dejar de observar el portón. El día de hoy es el día en que voy a mirar que se esconde detrás de el y sus muros.